El miércoles estaba de almuerzo en uno de los networking a lo que pertenezco, en esta ocasión el Excellence Business Club, EBC, y de pronto se me acerca un socio y me pregunta: “José, ¿qué opinas de los bono de Erosky al 11%?” Perdona, ¿un 11% con los tiempo que corren?, ¿un 11%?. Se me salían los ojos de las cuencas, y hasta que no lo corroboré por internet por mí mismo no me lo creí.
Venimos de una época de expansión monetaria donde los bancos hicieron acopio de recursos como si no hubiera un mañana. De ahí que hoy éstos no entren en la lucha de pasivo elevando la retribución de los plazos fijo, no les hace falta. Hasta el punto que el viernes por black friday ellos también hicieron sus propias campañas con créditos preconcebidos sin presentar un triste documento a un 6,5%. Es decir, tu banco que controla tus números sin hacer un estudio de riesgo de profundidad te da dinero, y Erosky tiene que sacar unos bonos al 11% para financiarse… ¿¿¿Por qué??? Porque sus entidades no atienden sus necesidades de financiación, y tú atraído por la rentabilidad del 11% y sin poder saber sus estados contables aturdido por sus rótulos y grandes establecimientos compras uno de esos pagares pensando que has hecho el negocio de tu vida, pero que si no son bonos basura poco le falta…
No es que yo sea un lumbreras, pero algo huele a podrido en Dinamarca by Hamlet en la tragedia de William Shakespeare. Tragedia a la que pueden llevar como a muchos ahorradores Rumasa los llevó. Y pongo este ejemplo, como muestra de lo que puede estar pasando porque muchos inversores no saben lo que ocurre detrás de un concepto tan “posh” del great investment. No son conocedores de los activos subyacentes de sus inversiones en renta fija o renta mixta, y ponen realmente en riesgo sus ahorros sin saberlo.
Y en esta ocasión no hablamos de la deuda soberana como hace dos semana, sino de la corporativa en todas sus versiones por la facilidad de acceso a crédito, que no llega a lo que ocurrió antes de la crisis de las hipotecas subprime en el 2018 pero para muestra de la situación el botón que antes he comentado con Eroski.
Poco me gusta ser acreedor de Estados pues menos de grandes corporaciones que no son capaces de autofinanciarse con sus entidades bancarias, y luego dirán que la renta variable es peligrosa, cuando ya el año pasado vimos qué le pasa a la renta fija cuando suben los tipos de interés, y espero no tener que ver lo que supone el riesgo de crédito en breve, aunque afamados economistas hablan de cómo la próxima gran crisis será de deuda.
Lo que he dicho más de 1000 veces, el mal llamado activo de riesgo, la renta variable, es EL ACTIVO, para rentabilizar tus ahorros con todos los mecanismos de seguridad para llegar a buen término: tiempo, aportaciones periódicas y diversificación. Deja a un lado los cantos de sirena de la renta fija y su opacidad, aprende cuales son las reglas del juego de la renta variable y no confundas el verbo especular con invertir.
Un saludo
José Manuel Marín Cebrián – El Robin Hood de las Finanzas
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