En este mes de marzo, mes cinematográfico por excelencia por celebrarse la ceremonia de los Oscar, me ha venido a la memoria la primera película española que obtuvo un Oscar a mejor película extranjera: “Volver a empezar”

Y me ha venido a la memoria porque después de las noticias sobre Silicon Valley Bank, Credit Suisse y First Republic Bank como actores protagonistas y Silvergate Bank, Signature Bank como actores de reparto, parece que la crisis que vivimos en 2008 con la quiebra de Lehman Brothers va a volver a empezar.

Pero como dicen en muchas películas de ficción, cualquier parecido de esta crisis con la crisis de 2008 es pura coincidencia, porque la importancia de estos bancos es mucho menor, tienen mucho menos peso en la economía global que la que tenía Lehman Brothers y porque están más focalizados en sectores y zonas más concretas, por lo que es menos probable que el daño se extienda al resto de bancos de forma generalizada, cosa que sí ocurrió en la anterior crisis bancaria ya que las famosas hipotecas subprime que provocaron la quiebra de Lehman Brothers, al final resultaron que estaban repartidas por todo el mundo y afectó a gran escala a la economía mundial.

Parece que no hemos aprendido nada de aquella quiebra bancaria de 2008, porque la mayoría de las personas continúan “confiando” en los bancos como el sitio donde más seguro puede estar mi dinero. Por eso, realmente tienes que entender qué es lo que hace un banco con tu dinero:

1.- Los bancos nos compran el dinero a nosotros a través principalmente de cuentas corrientes o depósitos. Más de 1 billón de euros del ahorro de los españoles está en estos productos financieros que nos dan una rentabilidad casi nula.

2.- De todo ese dinero, dejan “en un cajón” un porcentaje pequeño, para cubrir las necesidades de liquidez de todos sus clientes. Para no entrar más en detalles calculemos que sobre un 10% aproximadamente.

3.- Con el 90% restante se dedican a su negocio, que es invertir ese dinero, principalmente a base de préstamos, sin que tú sepas ni dónde, ni cuándo, ni cómo, ni con quién. Esas inversiones generan una rentabilidad que es toda para el banco, sin que, a los clientes de cuentas corrientes y depósitos, que son los dueños reales del dinero invertido, apenas les toque una parte de la rentabilidad obtenida. Pero cuando el banco se equivoca en esas inversiones y el retorno del dinero no es el esperado, entonces el riesgo de perder el dinero sí lo asumen los clientes.

Por eso en cuanto se oye alguna noticia de que un banco tiene problemas de liquidez, porque las inversiones que ha realizado no están saliendo como se esperaban, esa confianza se transforma rápidamente en desconfianza y a todos nos entran las prisas por sacar el dinero de nuestro banco ante el temor de que no haya dinero para todos.

Y vamos en masa a recuperar nuestro dinero y el banco, aunque recuperara de golpe todas las inversiones realizadas, no tendría dinero suficiente para devolver todo el dinero a los clientes y es cuando de la confianza pasamos a la desconfianza y de la desconfianza al pánico y ese pánico sí que es muy contagioso y pondría en peligro la estabilidad del sistema.

Por eso cuando empiezan estas situaciones, rápidamente se aprueban medidas de protección al inversor y los estados y sus medidas regulatorias dan la cara para calmar a los ahora desconfiados clientes para que no entren en pánico. Este es otro aspecto que con respecto a la crisis de 2008 también ha mejorado y también hace que esta crisis sea diferente a la anterior.

¿Qué hacemos entonces?

1.- Entiende que los bancos son necesarios, pero no es necesario que todo mi dinero lo tenga un banco.

2.- Planifica que parte de tu dinero sí necesitas que esté en un banco, en una cuenta corriente o en un depósito y qué parte puedes llevarte a otros sitios que nos sean un banco.

3.- El resto del dinero que no necesites tener en una cuenta corriente o depósito, te lo llevas a otros sitios, de esta manera no pones todos los huevos en una misma cesta,  diversificas al máximo dónde va a estar tu dinero y esa diversificación te ayudará a minimizar el riesgo.

4.- Habla con un asesor financiero que te asesore cuáles son esos sitios diferentes a los bancos, dónde puedes tener tu dinero.

5.- Pero antes de decidir, tu asesor financiero te ayudará a conocer cuáles son tus objetivos y a través de él conocerás cuáles son los sitios más adecuados para tí en función de esos objetivos, de tus horizontes temporales, de tu perfil de riesgo, etc…

6.- Por último, ya solo te quedaría el paso de poner tu dinero a trabajar para ti, porque como cantaba Liza Minnelli en la oscarizada película Cabaret: money makes the world go round, o lo que es lo mismo, el dinero hace girar al mundo tienes que participar en ese giro del mundo, porque si no lo haces tú, tu banco lo hará por tí.

 

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