El artículo que contaremos hoy trata sobre el circuito del dinero, quizás a muchos os pueda sonar extraño, pero ya veréis que es un concepto muy sencillo y fácil de entender, y su relación con otro concepto no menos importante como es el interés compuesto. Este también es fácil de entender solo que no tenemos la costumbre de usarlo, porque las entidades con las que trabajamos no nos lo ofrecen para nuestro beneficio pero sí para el suyo…

Estoy seguro que tras el párrafo anterior, he podido captar tu atención, sobre el interés compuesto, pero antes de eso hablemos del circuito del dinero. En primer lugar tenemos que buscar la relación entre las familias, las empresas y el Estado. Comenzamos con las familias, las cuales obtienen sus ingresos a través de su activad profesional o por rentas de su patrimonio, e incluso también pueden obtener ayudas en forma de bienes, servicios o dinero directamente del Estado sin que este le exija nada a cambio. Estas familias usan el dinero para tres cosas: gastarlo, ahorrarlo y pagar impuestos. El siguiente escalón del circuito del dinero son las empresas, las cuales quieren obtener beneficio de sus productos o servicios, vendiéndolos a las familias, y de esta manera las empresas pagan sus salarios a los trabajadores. Por último, aparece el Estado, este es el encargado de producir bienes o servicios a la sociedad, tanto a familias como empresas, en esta caso hablamos de educación, sanidad, para quienes no pueden pagar por ello, o también para los trámites administrativos como certificados, visados, etc. El Estado recauda los impuestos para poder gestionar y ofrecer todo lo anterior. Por resumir, estas tres partes están conectadas de la siguiente manera: Las familias pagan por los bienes o servicios producidos por las empresas, y estas a su vez pagan los salarios a los trabajadores, o incluso posibles rentas a las familias por alquiler de locales, naves, etc. Ambos a su vez, pagan impuestos al Estado y este les genera beneficios sociales, ayudas, subvenciones…

Entre estos tres protagonistas aparece otro que aunque no es principal, en ocasiones pueden llegar a serlo y mucho, hablo de las entidades bancarias o financieras. En muchos casos, por no decir la gran mayoría, tanto las familias como las empresas necesitan obtener dinero para poder obtener una vivienda, montar su empresa… Estas entidades lo que hacen es ofrecer dinero, en función de las posibilidades de cada cliente, para que puedan alcanzar ese objetivo deseado. Pero claro, ese préstamo no saldrá gratis, te cobrarán un interés por el mismo, cosa entendible. Según la cantidad y el tiempo, tendrás sus características particulares. Si ponemos el ejemplo de una hipoteca para mi  vivienda soñada, yo tendré una deuda a largo plazo (30 años de media) para pagar mi casa a razón de una cuota mensual (fija o variable según la hipoteca), dicho préstamo funciona con interés compuesto, es decir a más tiempo, más intereses pagarás porque estos se acumulan hasta el final,ahí es donde está el gran beneficio del interés compuesto para las entidades bancarias y financieras, ahora bien, mi pregunta es, ¿Por qué no hacen lo mismo con mi depósito que tengo en la entidad y me ofrecen ese beneficio? Aquí, es donde nosotros tenemos que conseguir ese beneficio pero para nosotros mismos no para las entidades, y ahora me preguntaréis, ¿cómo podemos hacerlo? Aunque no lo creáis, existen productos financieros de diferentes entidades donde el interés compuesto es el principal protagonista para nuestros ahorros. Existe una regla, que llamamos la Regla del 72, es una cuenta para obtener una orientación de los años necesarios para que una inversión con interés compuesto doble su valor. Simplemente, hay que dividir 72 entre el tipo de interés:

72 / Tipo de interés = Número de años

Para un interés compuesto de 6%:    72 / 6 = 12 años  => Es decir doblará la cantidad en 12 años.

Si imaginamos una hipoteca al 2%:   72 / 2 = 36 años => Es decir en 36 años pagará el doble del valor de la vivienda.

¿A qué sería perfecto poder doblar tu cantidad de dinero ahorrado, tal y como lo hacen con las deudas? Por eso hay que saber qué productos tienen interés compuesto y qué entidades los ofrecen (no todas lo hacen).